Startup agrega bases públicas y datos georreferenciados en análisis de propriedades rurales para metas ESG

Con su participación en el Programa de Soja Sostenible del Cerrado, Busca Terra integra el análisis socioambiental y el levantamiento topográfico de propiedades rurales al portafolio de servicios ofrecidos a traders y productores.

Desarrollar una plataforma de monitoreo y trazabilidad para que las empresas demuestren que están comprando soja cultivada en propiedades rurales que cumplen con las leyes agrarias y socioambientales: esta es la propuesta de Busca Terra, una startup seleccionada por el Programa de Soja Sostenible del Cerrado para recibir apoyo financiero de la Startup Finance Facility para el desarrollo de la solución de innovación. Con la Plataforma de Transparencia de la Soja, que llega ahora al mercado, el objetivo de la startup es ofrecer una base única, espacializada y georreferenciada, desde el análisis integrado de datos para un registro positivo de productores de soja. El registro pretende incentivar la generación de oportunidades de negocios verdes para los productores de acuerdo con el Código Forestal y con la oferta del Sello Soja Verde.

Busca Terra oncentra datos sobre inmuebles rurales de más de 100 bases diferentes –INCRA, Registro Ambiental Rural, Hacienda, IBGE, IBAMA y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAPA), por nombrar algunos– integrando informaciones sobre clima, suelo, temas agrarios y de registro, alertas de deforestación y brotes de incendios. El monitoreo incluye evaluaciones de gobernanza (propiedad, superposición con áreas públicas y otras propiedades rurales, regularidad de registros y certificados, inscripciones), requisitos sociales (trabajo análogo a la esclavitud, superposición con comunidades quilombolas y áreas indígenas) y ambientales (adecuación de la reserva legal y área de preservación permanente, inventario de multas y certificados, etc.).

Más allá del CAR (Registro Ambiental Rural):

El diferencial de la Plataforma de Transparencia de la Soja es la integración de criterios socioambientales y agrarios al análisis de los datos ofrecidos al mercado. Cruzando bases públicas, informaciones proporcionadas por satélite y análisis por inteligencia artificial (IA), la startup ofrece un servicio que va más allá del análisis del Registro Ambiental Rural (CAR) y cumple con los requisitos de metas ESG que deben cumplir las empresas e instituciones, con agilidad y transparencia. "Si te basas en el análisis socioambiental utilizando solo el CAR como fuente, te estás disparando en el pie", dice Rafael Fonseca, uno de los socios fundadores de la startup.

Para los socios de Busca Terra, el CAR no es suficiente para ser utilizado como una herramienta para el análisis agrario y ambiental. Debido a que es un registro autodeclarativo, con información proporcionada por el propio productor, existen inconsistencias en la base de datos que comprometen una evaluación precisa del polígono rural. "El Registro Ambiental Rural fue creado para saber si existe una reserva legal o área de protección permanente en las propiedades. Básicamente, para saber si hay vegetación nativa remanente en la zona. Es ambiental, no es agrario. Por eso creamos nuestro sistema: brindamos un servicio más detallado a las empresas y propiedades rurales, capaz de agregar valor al productor regularizado", dice Rafael.

La startup puede ser contratada por productores rurales, quienes recibirán informes con análisis cualitativos y personalizados de la propiedad rural, junto con sugerencias de soluciones para la regularización del inmueble. Las propiedades que cumplan con todos los requisitos legales obtendrán un Sello Soja Verde y serán incluidas en la base pública de proveedores de la startup. En la Plataforma de Transparencia de la Soja solo se registrarán propiedades que cumplan al 100% con una lista de criterios mínimos de regularidad. En caso de tener asuntos pendientes, los propietarios pueden solicitar el soporte técnico de la propia startup para la regularización de la propiedad o contratar el servicio de terceros.

Con el modelo de negocio de Busca Terra, empresas, instituciones bancarias y asociaciones de clase también pueden acceder a los datos de registro positivos de forma gratuita y así recibir un análisis completo de los proveedores agrícolas, con agilidad y transparencia. "Cualquier empresa –de tractores, insumos, semillas, por ejemplo– puede ser socio del Sello Soja Verde. Buscamos instituciones con una perspectiva socioambiental", dice Sérgio Morbiolo, CTO y socio de Busca Terra. "Más que análisis de datos, queremos que los productores y las empresas vean valor y ventaja en la regularización de la propiedad y en el cumplimiento de los requisitos legales", agrega.

El objetivo de Busca Terra es crear condiciones para que los productores al día con registros socioambientales y alineados con las buenas prácticas agrícolas tengan acceso a pagos por servicios ambientales, precio premium por el producto u oportunidades especiales de crédito agrícola, por ejemplo. "Queremos que las empresas socias ofrezcan beneficios financieros al productor reconocido con el Sello Soja Verde", dice Rafael.

Del análisis agrario a la evaluación socioambiental

Busca Terra surgió en 2019 para satisfacer la demanda de acceso rápido y estructurado a informaciones consolidadas sobre propiedades rurales. Los socios, biólogos de formación, con especialidad en geoprocesamiento y computación y un historial de servicios prestados a organismos públicos, decidieron crear una plataforma que combinara en un solo lugar datos dispersos en múltiples bases de datos para un análisis ágil y seguro de los datos agrarios y socioambientales de una propiedad rural. "Existe esta dificultad del productor rural de saber qué tiene que hacer. La mayoría quiere arreglarlo, pero no sabe cómo".

Durante casi un año, los socios gestionaron más de 70 grupos de WhatsApp con cerca de cinco mil miembros y un grupo de Facebook con más de 70.000 usuarios enfocados en propiedades rurales. "Utilizamos este diálogo directo para conocer las necesidades de los productores y mapear las demandas", explica Rafael, quien también es productor rural y conoce de cerca la dificultad de tener acceso a informaciones claras y consolidadas sobre la propiedad.

Los socios explican que el reto de la regularización agraria de una propiedad rural puede llevar a una búsqueda exhaustiva de documentación de registro familiar, o a una investigación que atraviesa décadas de levantamiento de documentación patrimonial. "A menudo es tan complejo que las instituciones no pueden ayudar a la persona. Implica investigar generaciones de una familia", explica Sérgio. Y mencionan un caso en el que tuvieron que retroceder más de 100 años para descubrir el origen de una propiedad adquirida hace aproximadamente una década, en el interior de São Paulo, con problemas en el CAR. "Nos remontamos a los tiempos de D. Pedro II, quien otorgó la cesión de tierras a un exesclavo. Hicimos toda la cadena hasta que descubrimos dónde se produjo el acaparamiento de tierras. Una persona compró 50 hectáreas, puso otro cero y se convirtió en 500. A partir de entonces esta propiedad tenía cuatro matrículas de la misma propiedad que no existía así en el mundo real. Esto es en São Paulo, donde la regularización de tierras está muy avanzada. Imagínense lo que pasa en la Amazonía", añade.

A menudo, el productor no sabe que tiene un problema legal que resolver hasta que el CAR lo bloquea. Otra situación común que experimenta el productor rural es contratar a una empresa para realizar el registro en el CAR y luego no poder localizar más a la institución responsable del servicio, y no saber cómo gestionar el sistema para actualizar los datos. También hay errores de registro, como la superposición de áreas o la reserva legal no adecuada. Y finalmente hay registros de polígonos en zonas sin vegetación. "Cumplen con el polígono en el sistema, pero en la práctica tienen piscina, pasto y vivienda. El sistema solo tiene en cuenta el polígono enviado.", explica Sérgio.

Los socios creen que hay una gran brecha que debe ser cubierta por el mercado mediante análisis que combinen datos agrarios y socioambientales, especialmente para los pequeños y medianos productores. La participación en el Programa de Soja Sostenible del Cerrado fue el camino elegido por ellos para agregar los requisitos socioambientales al análisis agrario y documental ofrecido por la startup, ampliando la gama de servicios ofrecidos a empresas y propiedades rurales. Actualmente, la startup ya cuenta con datos de monitoreo de soja en Sudamérica desde hace diez años, con recortes geográficos y porcentajes de conversión de vegetación nativa por área.

"El Registro Ambiental Rural fue creado para saber si existe una reserva legal o área de protección permanente en las propiedades. Básicamente, para saber si hay vegetación nativa remanente en la zona. Es ambiental, no es agrario. Por eso creamos nuestro sistema: brindamos un servicio más detallado a las empresas y propiedades rurales, capaz de agregar valor al productor regularizado", dice Rafael.

Desde entonces, Busca Terra ha incorporado indicadores de deforestación y cobertura del suelo en los requisitos de monitoreo y trazabilidad de la propiedad. La contribución financiera de Startup Finance Facility creó las condiciones para la construcción del Panel de Transparencia de la Soja y para la implementación del Sello Soja Verde. En el paquete ofrecido por la startup a los productores rurales para ayudar en la regularización ambiental, está el mapeo de la propiedad vía aplicación, con upload de fotos, imágenes y videos de modo offline, con integración automática de datos georreferenciados a la plataforma Busca Terra, con un simulador de pago por servicios ambientales para quienes están regularizados, entrega de un informe completo y evaluación cuidadosa de la situación de la propiedad.

"Entendemos que para innovar es necesario crear condiciones para el desarrollo de un panorama de innovación, con espacio para el intercambio entre los diversos actores de la cadena de la soja y la promoción de soluciones con potencial transformador para la cadena de la soja, en diferentes etapas de desarrollo", dice Carlos E. Quintela, director del Land Innovation Fund. "Valoramos la importancia de soluciones como la de Busca Terra, capaces de combinar transparencia, eficiencia y agilidad en el monitoreo de datos a favor de una agricultura sostenible libre de deforestación", añade.

Previous
Previous

Programa Soja Sostenible del Cerrado anuncia los seleccionados de la edición 2023

Next
Next

Incentivo al carbono forestal pone a Tocantins a la vanguardia de la agenda agrícola sostenible