Conservación de bosques: La Clave para la Mitigación Climática y la Sostenibilidad Global
La crisis climática es, sin duda, una de las mayores amenazas globales en la actualidad, afectando de manera profunda al medio ambiente, la sociedad y la economía. El aumento de las temperaturas globales, los fenómenos climáticos extremos y los cambios en los patrones de precipitación son señales claras de transformaciones en curso. En respuesta a estos desafíos, la mitigación del cambio climático se destaca como una estrategia esencial, que busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), eliminar moléculas contaminantes de la atmósfera y limitar el calentamiento global.
En este contexto, uno de los enfoques más efectivos en la lucha contra el cambio climático es la conservación de los bosques, que juegan un papel fundamental en la preservación de la biodiversidad y el equilibrio ecológico del planeta. Los bosques regulan el clima, almacenan carbono, protegen la biodiversidad y sostienen a las comunidades humanas. Albergan una gran diversidad de especies de plantas, animales, hongos y microorganismos, siendo esenciales para la salud de nuestro planeta.
Considerando la importancia de conservar y preservar los bosques nativos y su biodiversidad, Brasil reglamentó en 2012 el Código Forestal Brasileño, mediante la Ley 12.651/12. Esta normativa establece que los productores rurales deben destinar una parte de su propiedad con vegetación nativa como Reserva Legal (RL), además de mantener Áreas de Preservación Permanente (APP). Esta obligación garantiza la conservación de una porción significativa de la vegetación nativa. Según el Grupo Estratégico de Inteligencia Territorial (GITE) de Embrapa, más de 93,5 millones de hectáreas de vegetación nativa en el país están protegidas bajo Reservas Legales y Áreas de Preservación Permanente.
A pesar de la existencia de legislación que contribuye significativamente a la preservación, según datos de WWF Brasil y Global Witness, los biomas brasileños aún son vulnerables a la deforestación ilegal. Un ejemplo es el Cerrado, que en los primeros cinco meses de 2023 registró una degradación de aproximadamente 2.612 km², lo que representa un aumento del 35% en comparación con el mismo periodo de 2022. Las actividades agropecuarias y los incendios fueron identificados como las principales causas de esta pérdida. Esto se debe en gran medida a la falta de reconocimiento financiero y otros incentivos para la preservación ambiental de las propiedades rurales.
Con eso, para fomentar prácticas sostenibles y el mantenimiento de las reservas de bosques nativos, es crucial implementar mecanismos financieros como pagos por servicios ambientales, certificaciones verdes, fondos de conservación, incentivos fiscales y proyectos de créditos de carbono. Estos mecanismos pueden proporcionar beneficios financieros a los productores, permitiéndoles cubrir los costos de conservación de sus áreas. Esto incluye inversiones en extinción de incendios, represión de la caza ilegal y restauración forestal cuando sea necesario.
De este modo, los proyectos de créditos de carbono pueden desempeñar un papel fundamental en la conservación de la biodiversidad, ofreciendo beneficios significativos tanto para la mitigación del cambio climático como para la preservación de los ecosistemas naturales. La conservación y restauración de bosques y otros hábitats naturales son elementos clave de estos proyectos, contribuyendo a la protección de la biodiversidad de diversas maneras.
Estos proyectos no solo buscan preservar la biodiversidad, sino que también se enfocan en iniciativas específicas, como la Reducción de Emisiones derivadas de la Deforestación y la Degradación de los bosques (REDD+). Al evitar la deforestación, estos proyectos protegen hábitats esenciales para innumerables especies, muchas de las cuales son endémicas y se encuentran en peligro de extinción. La protección de los bosques tropicales es especialmente importante, ya que albergan una enorme diversidad de especies y desempeñan un papel fundamental en la regulación del clima global.
Además de la conservación, los proyectos de créditos de carbono suelen incluir la restauración de ecosistemas degradados. La recuperación de bosques, humedales y otros hábitats naturales no solo aumenta la capacidad de estos ecosistemas para capturar y almacenar carbono, sino que también contribuye a la restauración de la biodiversidad local. La restauración ecológica crea las condiciones necesarias para el retorno de especies nativas y mejora la salud general del ecosistema, promoviendo una mayor diversidad de flora y fauna.
Para maximizar los beneficios de los proyectos de carbono para la biodiversidad, es fundamental una planificación integrada que contemple tanto la mitigación del cambio climático como los objetivos de conservación ecológica. Esto incluye la creación de corredores ecológicos, la protección de áreas críticas de hábitat y la incorporación de conocimientos locales y prácticas tradicionales de gestión sostenible de la tierra. Además, el seguimiento continuo de los impactos de los proyectos de carbono sobre la biodiversidad es esencial para ajustar las prácticas y garantizar resultados positivos a largo plazo.
Paralelamente, no se puede subestimar la importancia de las metodologías y tecnologías que permiten monitorear y medir la biodiversidad. La tecnología ha demostrado ser un aliado crucial para promover la sostenibilidad, brindando soluciones innovadoras a los desafíos ambientales y sociales. Las métricas de biodiversidad presentan retos tecnológicos significativos, como la recopilación y el análisis de grandes volúmenes de datos, así como la estandarización de la información. Las herramientas tecnológicas avanzadas son esenciales para superar estos obstáculos y garantizar un monitoreo eficaz.
Un ejemplo notable de este avance tecnológico es el Dendrómetro Digital SmartForest, desarrollado por Treevia Forest Technologies. Este sensor dendrométrico inalámbrico proporciona mediciones submilimétricas de la variación en el crecimiento de los árboles y de las variaciones de temperatura y humedad. Además, permite la recolección diaria de datos con amplia cobertura, generando información continua sobre el comportamiento de los bosques en el tiempo, promoviendo una gestión más precisa y transparente. El monitoreo continuo permite la detección temprana de problemas que pueden afectar negativamente la salud de los bosques, lo que permite intervenciones rápidas para mitigar los daños y proteger la biodiversidad local.
Con el creciente valor de los créditos de carbono, los agricultores tienen la oportunidad de negociar créditos generados por sus áreas preservadas, utilizando los recursos obtenidos para combatir prácticas nocivas como la caza ilegal y la deforestación. En este contexto, los sensores dendrométricos ofrecen una solución eficaz para el monitoreo de los bosques, proporcionando un sistema robusto de Medición, Reporte y Verificación (MRV). Esto garantiza la credibilidad de los créditos de carbono y, como resultado, su valorización en el mercado, generando mayores beneficios financieros para los productores.
El uso de estos sensores digitales aporta un nivel sin precedentes de innovación y madurez técnica a la información producida en el mercado de carbono. La metodología propuesta reduce los posibles errores asociados con factores humanos durante la recopilación de datos, además de empoderar e involucrar a la comunidad local. Científicamente, el dendrómetro genera información continua sobre diversas características de los biomas, permitiendo un análisis innovador del comportamiento del crecimiento forestal. Además, sirve como material de apoyo para la comunidad académica y científica. Este tipo de innovación ya está en uso en el proyecto Arbaro Carbon, que abarca más de 5 mil hectáreas en formaciones de cerrado, distribuidas en siete propiedades productoras de soja en el oeste de Bahía, en un consorcio entre las empresas Treevia y GSS, con el apoyo de Land Innovation Fund y en colaboración con la Asociación de Agricultores y Regantes de Bahía –AIBA–. Se trata de un proyecto pionero, en el que se monitorean diariamente 47 especies del Cerrado, generando una gran cantidad de datos que contribuyen a comprender la dinámica de este bioma. Estos datos son esenciales para analizar los patrones de comportamiento, la estacionalidad y la respuesta de las especies a los cambios ambientales. Además, el monitoreo continuo permite identificar amenazas potenciales, como la influencia de las actividades humanas y el cambio climático, y desarrollar estrategias de conservación efectivas.
La tecnología es, por lo tanto, un aliado indispensable en la construcción de un futuro más sostenible. Al promover la eficiencia, reducir el desperdicio y fomentar prácticas responsables, no solo mitiga los impactos ambientales, sino que también abre nuevas oportunidades para un desarrollo económico más equilibrado y justo.
Sin embargo, además del desarrollo de nuevas tecnologías, para que la conservación ambiental sea viable y sostenible, es esencial que existan políticas públicas que creen condiciones favorables, como regulación e inspección efectiva, educación y capacitación, investigación y desarrollo, planificación integrada para el uso de la tierra e incentivos económicos.
Con este fin, la colaboración entre gobiernos, el sector privado, las comunidades locales y las organizaciones no gubernamentales es esencial para el éxito de estas iniciativas. Con esfuerzos integrados y coordinados, será posible encontrar un equilibrio sostenible entre el desarrollo económico y la preservación del medio ambiente, asegurando un legado positivo para las generaciones futuras.
En resumen, la conservación de los bosques emerge como pilar fundamental para mitigar el cambio climático y promover la sostenibilidad global. La preservación y restauración de los ecosistemas naturales, combinadas con el uso de tecnologías innovadoras y el fortalecimiento de las políticas públicas, son fundamentales para proteger la biodiversidad y regular el clima. Sin embargo, el éxito de estas iniciativas depende de la colaboración multisectorial y el reconocimiento del valor económico de los bosques. Sólo mediante un esfuerzo conjunto entre los gobiernos, el sector privado y las comunidades locales será posible asegurar un futuro equilibrado y sostenible para el planeta, beneficiando tanto a las generaciones actuales como a las futuras.
* Thayane Carvalho és analista forestal e doctora en ingeniería forestal; Maycow Berbert és CTO de Treevia Forest Technologies e licenciado en ingeniería forestal; Esthevan Gasparoto és CEO de Treevia Forest Technologies y maestro en recursos forestales; Lucas Zappia és data science y maestro en ciencias forestales; Júlia Gomes é trainee y tecnólogo en análisis y desarrollo de sistemas.