Conexiones verdes aproximan el campo del ecosistema de innovación
Con el módulo ‘For Farmers’, los productores rurales aportan conocimiento y valor a las soluciones de innovación que están implementando las startups en el Programa Soja Sostenible del Cerrado.
El geógrafo Luís Fernando Devicari, de Santa Maria, Río Grande del Sur, y su esposa, la veterinaria Viviana Barbosa, llegaron a Maranhão en 2010 para trabajar en la propiedad rural de la familia, en el municipio de Brejo, en el interior del estado. Con arduo trabajo y alianzas con universidades e institutos de investigación como Embrapa, transformaron un monocultivo de soja en un sistema integrado cultivo-ganadería-bosque, con una ganancia productiva de 7,8 sacos de granos por hectárea.
De la segunda generación de una familia de productores rurales que llegó a Mato Grosso hace 43 años, la agrónoma Ligia Pedrini siguió de cerca la expansión de la frontera agrícola y la consolidación del cultivo de soja en el estado. En Diamantino (MT), administra una propiedad familiar que opera a contrapunto del mercado: solo hay 150 hectáreas de cultivos y más de 1400 hectáreas de reserva legal y área de preservación permanente.
Con diferentes perfiles y trayectorias, Ligia y Luis tienen en común el interés por buscar soluciones innovadoras y mecanismos financieros que contribuyan al desarrollo sostenible de la propiedad. Son dos de los 22 productores que participan en For Farmers, uno de los módulos del Programa Soja Sostenible del Cerrado (PSSC), una iniciativa inédita que reúne a múltiples actores del ecosistema de innovación para intercambiar ideas y construir soluciones para el bioma responsable de más del 50% de los granos producidos en el país.
Como resultado de la alianza entre el Land Innovation Fund y PwC AgTech Innovation, con el apoyo de Cargill, CPQD, Embrapa y Embrapii, el PSSC trajo productores rurales e investigadores al debate sobre innovación, ampliando la diversidad de voces, conceptos e ideas para el desarrollo de soluciones. La iniciativa también puso sobre la mesa los desafíos de las agendas climáticas y ambientales globales. Además de los 22 productores, participaron en los seis ciclos del programa 34 startups y 37 investigadores.
"For Farmers se integró al PSSC a medida que el programa evolucionaba e identificamos la necesidad de agregar actores, información o puntos de vista al diálogo sobre sostenibilidad. En cada ciclo, productores de los más diversos perfiles se sumaron al programa, contribuyendo a ampliar la discusión y el potencial disruptivo de la innovación en el campo", explica Aline Amorim, Sênior Associate y líder de proyectos de PwC.
Durante el programa, los productores rurales participan en eventos y encuentros con emprendedores y especialistas de las más diversas áreas de la agroindustria y tienen acceso al portafolio de soluciones que están implementando las startups. Forman parte de mesas redondas, aportan sugerencias a los proyectos en desarrollo y abren las puertas de sus propiedades para realizar pruebas o pruebas piloto de las soluciones que consideren relevantes.
Los 22 productores rurales que ya pasaron por el PSSC suman 125 mil hectáreas distribuidas en siete estados del bioma del Cerrado. Desde el inicio del programa, se han probado diez soluciones del portafolio del programa, en diferentes etapas de desarrollo, que abarcan temas que van desde el monitoreo climático hasta el análisis de suelos, carbono y biodiversidad, así como sistemas de trazabilidad y gestión que integran la conservación y la producción, en cerca de 91 mil hectáreas.
"Sabemos que el productor rural es la clave de la transformación agrícola en el siglo XXI. Ellos son los que mejor conocen las necesidades y desafíos de su propio negocio, con el poder de decisión para adoptar soluciones y servicios", dice la directora del Land Innovation Fund, Ashley Valle. "Con el PSSC, hemos creado un verdadero panorama de innovación con el potencial de ganar escala y marcar la diferencia en el campo", añade.
Además de probar nuevas soluciones y tener acceso a investigaciones de vanguardia avaladas por instituciones y universidades, las iniciativas que están implementando las startups ayudan a los productores rurales a medir y calificar los resultados de las buenas prácticas agrícolas en el campo. "Somos sostenibles. Es muy importante tener datos, para poder demostrar que estoy haciendo lo correcto y tratando de hacer lo mejor cada día", atestigua Ligia Pedrini.
Otro beneficio que trae el intercambio entre empresarios y productores es la capacidad de hacer viable la innovación para su aplicación en el campo. "El PSSC nos demostró que la innovación solo genera transformación si está alineada con las necesidades del productor rural. Es necesario escucharlos para entender cómo hacer de la innovación un motor de acción en el campo", agrega Ashley Valle.
Una invitación al diálogo y a la participación:
Luís Devicari y Ligia Pedrini llegaron al PSSC por diferentes caminos: Ligia fue invitada por PwC a participar del programa por el liderazgo que ejerce entre la nueva generación de productores rurales. Además de ser agrónoma y agricultora, Ligia también es creadora de contenido y tiene casi 100 mil seguidores en Instagram, donde comparte información sobre la gestión diaria de una propiedad rural en el Cerrado. A pesar del intercambio permanente que establece con el público por medio de los canales electrónicos, ella nunca había participado en un programa de innovación.
Luís llegó a For Farmers por medio de Embrapa. La propiedad rural de la familia Barbosa es una unidad piloto del instituto de investigación, reconocida por el excelente trabajo que realiza con sistemas integrados en la región. Con una maestría en geografía y experiencia en conservación de suelos, siempre ha buscado alianzas con universidades para comprender y mejorar las especificidades del cultivo en el Cerrado. A pesar de las múltiples conexiones establecidas desde que llegó a la granja, Luís nunca había trabajado con startups.
Los dos productores creían que la innovación era un sueño lejano, difícil o costoso, inviable para el día a día en el campo, hasta que participaron en el PSSC. "Vivimos en una región necesitada, lejos de todo, con acceso restringido a la información. La participación en el programa nos dio acceso a investigación de vanguardia, en fase de desarrollo, testeo o implementación", explica Luís Devicari.
Para Ligia Pedrini, la experiencia ha sido sorprendente y enriquecedora. "Estaba muy feliz de participar. Las startups seleccionadas fueron realmente capaces de diseñar el proyecto con algo concreto y accesible. Logré desmitificar muchas cosas, tener acceso a ideas muy chulas. Es súper posible llevar a cabo proyectos interesantes e innovadores", dice la productora.
Pequí y barú como cultivo complementario en Mato Grosso:
La familia de Ligia Pedrini adquirió la propiedad en Diamantino, Mato Grosso, en 2014, pero solo comenzó a trabajar más intensamente en el sitio en 2017. Durante 40 años, la finca perteneció a un ganadero que rara vez frecuentaba la región. No había sede, ni casero, ni profesionales que cuidaran de la tierra ni de los animales.
Desde la universidad, Ligia ha tenido un interés especial en las soluciones que mejoran la salud del suelo y el potencial de las buenas prácticas agrícolas. Por lo tanto, la iniciativa de la startup B4A pronto le llamó la atención a la productora por su propuesta de mapear, detectar y prescribir manejos regenerativos y tratamientos para el Cerrado.
Fue la propia Ligia quien recogió las muestras de suelo de la propiedad para la evaluación de la startup y completó una descripción de las condiciones y operaciones de la granja. "Ya hemos recibido el informe general, inicial, con la presentación del perfil del suelo de la propiedad. Ahora estamos a la espera de las recomendaciones de la gestión", explica.
Con Bio2Me, la productora rural visualizó la posibilidad de reducir los costos de mantenimiento de la finca transformando el área conservada en un valioso activo ambiental. "Mantener preservadas más de 1400 hectáreas de tierra implica altos costos. Pagamos impuestos para mantener la zona, invertimos en cortafuegos, carreteras y alambrados. Si podemos monetizar, es mucho mejor y ventajoso", explica Ligia. "Me gustó la propuesta de Bio2Me desde el pitch de presentación de la startup", añade.
Durante la visita técnica, el equipo de Bio2Me realizó un sobrevuelo con dron y recolectó más de 20 mil fotos aéreas de la propiedad. Las imágenes recogidas por teledetección conforman una amplia red de datos para la identificación de especies de interés económico y potencial comercial para su propiedad rural. Con el estudio inicial, se sugirió el cultivo de barú, un árbol nativo del Cerrado que rara vez se encuentra en la propiedad.
La siembra de 200 a 250 plántulas de la especie está programada para noviembre y se llevará a cabo en el área de reserva legal de la propiedad rural. En diciembre y enero, será el turno de la cosecha del pequí. Paralelamente, Bio2Me realizó un taller de formación de recolectores para un grupo de residentes de la región. El propósito del curso es enseñar a la población a reconocer las especies nativas y recolectar los frutos.
El taller de capacitación forma parte de un plan más amplio para construir y mejorar la cadena de bioactivos en el Cerrado, desde la movilización de plántulas hasta la inclusión de comunidades locales en el proceso de producción. Fue precisamente la dedicación de Bio2Me por construir y operacionalizar el complejo ciclo empresarial con mujeres nativas lo que le llamó la atención a la productora rural.
"Para nosotros, que tenemos esta riqueza en nuestras manos, fue demasiado difícil pensar en cómo crear y poner en funcionamiento una cadena de este tipo, con todo el riesgo que conlleva. Operamos con márgenes cortos. Gastar energía, tiempo y dinero para hacer realidad esta idea es muy difícil. Bio2Me se encarga del trabajo de puesta en marcha, haciendo que todo sea más fácil y accesible. Este es el gran diferencial de la startup: crear la cadena, ya sea formando a los recolectores u ofreciendo un flujo para la producción o la creación de escala", explica Ligia.
Sombra, castañas y formación profesional en una granja modelo en Maranhão
Cuando aceptó la invitación para participar en el módulo para agricultores del Programa Soja Sostenible del Cerrado, Luís Fernando Devicari tenía interés en trabajar con startups con soluciones de biología del suelo. Pero ya en la camioneta que los llevaba del aeropuerto de Campinas a Piracicaba, a la sede de PwC, su esposa y él conocieron el equipo de Bio2Me y comenzaron a hablar sobre el potencial y los beneficios de cultivar árboles nativos en la propiedad.
Durante 14 años en la administración de la Fazenda Barbosa, la pareja ya había introducido el elemento forestal en la propiedad hacía ocho años. Desde entonces, han rotado los cultivos de soja y maíz, la ganadería bovina y ovina y los cultivos exóticos y nativos en un sistema planificado que prioriza la calidad del suelo y el bienestar animal. Los árboles aseguran la sombra del ganado en una región de altas temperaturas y le permite alimentarse mejor.
"La sombra es demasiado importante para el ganado. Pero buscábamos una alternativa complementaria al eucalipto", explica Luís. La propuesta de Bio2Me fue incluir el barú en el cultivo que hacían las mujeres nativas de la propiedad. A pesar de ser originario del Cerrado, el árbol no se encuentra en la región. "La fava d'anta es originaria de aquí, pero su presencia en la región es pequeña. Debido al fuego en el cerrado, las semillas que caen al suelo no pueden germinar. Necesito un árbol que reemplace al eucalipto y el barú me parece una buena alternativa", explica el productor.
Además de la posibilidad de dar sombra a los animales, el barú ofrece castañas para su extracción y puede funcionar como fuente de ingresos complementarios para los residentes de la región. La formación de la comunidad es una de las etapas fundamentales para la implementación del proyecto emprendido por Bio2Me. Recientemente, la startup ofreció un taller de manejo de pequí y babasú a unas 30 personas de la región. "Tenemos una comunidad muy necesitada alrededor de nuestra propiedad. Por lo tanto, además de proporcionar las plántulas, la startup realizó un curso de capacitación técnica para la población local. Involucramos a los líderes para llevar a cabo la capacitación", explica Luís.
Otra startup en el portafolio de PSSC que atrae el interés de los gerentes de la Fazenda Barbosa es B4A. La propiedad ya cuenta con una fábrica de bioinsumos y favorece las prácticas agrícolas que garantizan la salud y la productividad del suelo. El análisis metagenómico que ofrece la startup puede ayudar en la toma de decisiones en el campo y contribuir a la elección de los bioinsumos que mejor se apliquen a las necesidades de la propiedad. "Como tenemos análisis para dos cosechas más, podemos evaluar si el producto que utilizamos realmente funcionó", comenta Luís.
Las acciones de manejo integrado con el sistema ILPF, rotación de cultivos, uso de cultivos de cobertura y bioinsumos en sustitución de productos químicos implementadas en los últimos años han dado resultados y llamado la atención de investigadores y profesionales del área, alimentando visitas de campo, artículos científicos e investigaciones académicas sobre la propiedad. "Las alianzas nos ayudan. Un dato se convierte en una publicación y refuerza nuestros resultados", explica Luís.
En 14 años, la implementación del sistema de integración cultivo-ganadería-bosque generó un incremento de 7,8 sacos de soya por hectárea, en comparación con los resultados obtenidos con la producción convencional. El bienestar animal generó un incremento de 45 kg de carne por cabeza de ganado. "En la región no hay un área de suelo con tanto agregado biológico como la nuestra", celebra Luís.
En la frontera de la innovación, la incorporación de árboles nativos del Cerrado al sistema integrado cultivo-ganadería-bosque puede agregar otro diferencial a la Fazenda Barbosa. Para Luís, la prohibición de la venta de soja en zonas de deforestación –legal o ilegal– por parte de la Unión Europea, que se espera que entre en vigor en 2025, tiende a estimular la búsqueda de soluciones que pongan en valor el bosque en pie, como la que ofrece Bio2Me. "Hay mucha gente que busca una alternativa a la zona boscosa para cuando esté prohibido abrir nuevas zonas", dice.
El Programa Soja Sostenible del Cerrado:
Desde su lanzamiento en marzo de 2021, el Programa Soja Sostenible del Cerrado ha recibido más de 320 aplicaciones de 17 estados de Brasil, además del Distrito Federal. Sumándose los seis ciclos anunciados hasta el momento, se seleccionaron 34 startups para sumar al portafolio del programa, con soluciones que abarcan toda la propiedad rural, desde el área productiva hasta el bosque en pie.
De este total, 24 proyectos ejecutados por 28 startups recibieron apoyo financiero de recursos no reembolsables del Startup Finance Facility (SFF), una iniciativa de gestión y promoción sin precedentes para el desarrollo, la prueba y la implementación de soluciones de innovación. Ya se han apalancado recursos adicionales de más de USD 480 mil en compensaciones financieras y técnico-científicas para las startups.